
Presentación oficial de Los Cubimáticos: el inicio de una gran aventura
A veces los sueños se escriben a lápiz, se corrigen con amor y se imprimen con ilusión. Así comenzó Los Cubimáticos, un proyecto que nació en el aula y que ahora empieza a recorrer caminos nuevos, acompañado de familias, docentes y, sobre todo, de muchos niños y niñas con ganas de aprender jugando.
La presentación oficial del proyecto tuvo lugar en dos espacios muy especiales:
📍 El 14 de junio, en la Biblioteca Pública del Ayuntamiento Iván de Vargas, en pleno corazón de de Madrid.
📍 Y el 18 de junio, en la querida Librería Diógenes de Alcalá de Henares, una de esas librerías con alma que tanto valoramos.
Ambos eventos fueron mucho más que una puesta en escena. Fueron momentos de encuentro, de emoción, de gratitud y de aprendizaje compartido. Me acompañaron amigas y amigos, compañeros de profesión, familias y, cómo no, mis alumnos y alumnas del colegio, que ya forman parte de esta historia desde el primer borrador.
Durante la presentación, tuve la oportunidad de explicar el corazón del proyecto: cómo Los Cubimáticos no es solo un cuento, sino una propuesta educativa viva. Mostré el enfoque que lo sustenta, basado en metodologías activas y manipulativas como el método Singapur, ABN o Montessori, todo desde una perspectiva práctica, cercana y visual. Fue un gusto ver cómo tanto docentes como familias se interesaban en cómo llevar todo esto al aula o a casa.
Pero lo más mágico llegó con los peques: organizamos una gymkana matemática en la que pudieron resolver retos, manipular cubos, seguir pistas y divertirse mientras aplicaban lo aprendido. Ver sus caritas de sorpresa y concentración fue, sin duda, uno de los mejores regalos de esta aventura.
Y aunque vendrán muchas más presentaciones por delante, queda una especialmente emotiva: la del 8 de agosto en Navalcán, el pueblo en el que está inspirada esta historia. Es un lugar muy especial para mí, al que iba cada verano a vivir aventuras con mis primos y amigos, como los personajes del cuento… y al que tengo la gran suerte de seguir yendo. Mi madre, a quien todos conocían como la Goyi, era la peluquera del pueblo, una de las Correas, como la llamaban en honor a mi abuelo, que fue el responsable de Correos entre los años 50 y 70. Volver allí con este proyecto es, sin duda, volver a casa.
Gracias a todos los que nos acompañasteis.
Seguimos caminando 💛